miércoles, 23 de noviembre de 2011

Escapando de lo que me recuerda a ti.

Regreso de hacer recados, de noche, cabizbaja. Temía, aunque a la vez deseaba, encontrarme contigo, verte, no sé, cruzarme con alguien que considerase conocido, que relacionase contigo. Y tenia la gran esperanza de verte pues, pasé cerca de tu casa, pero no, no te vi.
En la calle, observaba los coches pasar, las farolas; la luz artificial que iluminaba la oscura carretera, todo se emborronó. Joder, las lagrimas llegaron a mis ojos. Logré aguantármelas, iba alrededor de gente, gente conocida, quizá con la penumbra de la noche, no me viesen pero quizá si lo hiciesen.
Llego a mi barrio, observo

mi casa, como si fuera un robot, la verdad últimamente mis movimientos son automáticos, no los pienso. Alzo la vista las estrellas brillan, el mundo sigue como si nada, ajeno a mi sufrimiento y de nuevo mis ojos escarpan y se ven tan bonitas las luces, tan brillantes, tan ajenas a mi mundo... las envidio, brillan, en otro momento de mi vida me parecería una sensación reflexiva, bonita, emotiva y feliz, pero en ese momento no.
Deseo ansiosa llegar a mi casa para poder relajarme, aunque sé que será imposible, pero al menos me sentiré mas segura, más libre para poder pensar de nuevo en él. Para soñar despierta, cuentos de princesas.
Y espero mañana no sea otro día, como los demás; días en los que soy incapaz de mirar por la ventana, en los que ni si quiera me levanto de la cama con tal de no pensar, o de pensar más. No es nada fácil ir sin ilusión por la vida. Cada vez se me hace más pesado caminar. Me cuesta respirar y el corazón se me para por segundos o da un vuelco y palpita extraordinariamente rápido.
Y te necesito en mi mundo, conmigo, me da igual lo que me digan, te quiero, te amo. Y no puedo olvidarte, lo intenté, pero es tan duro, que, ¿para qué volverlo a intentar?
Sé que no me quieres, que no me necesitas, que solo soy una amiga para ti, y quizá ni eso; pero eso ha de cambiar.
Y estoy harta de pasarlo mal, harta de verla a ella tan feliz, poniendo tablones y estados sobre ti.
Si eres feliz con ella, adelante, yo estoy contenta de que estés feliz, pero frustrada de que no sea conmigo con quien estés así.
Solo en mis sueños puedo tenerte y es que me encanta imaginar todas esas cosas que no vamos a poder hacer, releer una y otra vez esas conversaciones, donde me piropeabas y me subías la moral... son tantos los momentos y los sentimientos que albergo hacia ti que no puedo evitar el sufrir.
Y no quiero que por mis estúpidos sentimientos, esa amistad ya no exista. Quiero seguir siendo una buena amiga para ti, que me cuentes tus cosas. Pero también quiero hacer algo, no se el qué, pero me encantaría que me dejaras demostrarte lo mucho que te quiero día a día y así quizá me comprenderías un poquito más.
E inspiro, espiro, cuento uno, dos, tres... pero no puedo evitarlo, me derrumbo. Se me cae el mundo encima, lloro y lloro. No puedo dejar de llorar, me duele el pecho y la cabeza, pero eso no soluciona nada, ni siquiera me desahoga porque podría tirarme así el resto de mis días
¿¿Sabes lo que es, escapar del día a día?? Vivir la vida, como si por obligación se tratase, pues así me siento. Y la única solución que encuentro es que me quieras, pero de verdad, sin presiones, que sea poco a poco al igual que yo a ti. Pero eso solo sucederá en mis sueños ¿verdad?
Todo es como una jodida pesadilla.

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