lunes, 20 de julio de 2015

Volver a empezar.

Llega un momento, en el que no sabes que ser, como actuar o que hacer. Yo misma tuve ese tiempo, un tiempo en el que lo único que haces es pensar. Pensar en todo lo que te rodea, en lo que quizá podría rodearte, y en lo que jamás te rodeara, porque si, porque hay cosas que quizá queramos tener, pero que jamás tendremos. Apenas tengo experiencia, apenas se que es lo que quiero ni tampoco cuando. Por todo esto, decidí estancarme, parar, respirar y pensar, pensar en lo que hacer.
Llega este momento en lo que ya se que hacer, y decido hacer lo que mas me gusta, escribir. Aunque se que no se me da del todo bien, tampoco se me da del todo mal. Y la verdad, me da igual si no gusta, si no tiene éxito, lo haré y lo intentare hacer lo mejor posible. Porque el que no arriesga, no gana.

viernes, 21 de junio de 2013

Cambiemos un poquito el mundo.

Todo parece normal, pero en algún lugar del mundo, hay alguien que sufre. Todos andamos felices de un lado para otro, como si nada ocurriese, pero a pocos kilómetros o quizá, a pocos metros, hay alguien sufriendo. Enfermedad, angustia, desamor... cualquier sufrimiento nosotros debemos ayudar. Cuando a ti te ocurre algo, por pequeño que sea, siempre quieres que alguien te ayude, este ahí a tu lado, apoyándote y diciendo que todo esta bien. ¿Y ellos? ¿Esas personas que ahora están sufriendo, que día a día no se encuentran bien para seguir adelante, pero lo hacen debido a que esa es su rutina y su día a día?. Yo soy la primera que me preocupo por mi misma, para que no me falte de nada. Pero en algún momento hay que levantarse de la cama y ponerse a ayudar a los mas necesitados, a esas personas que de verdad sufren en sus vidas. Algún día, las personas más adineradas tendrán que poner un poquito de su parte, las personas más felices tendrán que repartir felicidad. Si todos pusiéramos un poquito de nuestra parte, este mundo no seria tan espantoso como a día de hoy es.

martes, 17 de julio de 2012

Decidido, me voy.

Decidido, me voy. Quiero irme de este país, dejarlo todo y echar a correr. Yo no soy de esas personas que corren, correr es de cobardes, correr significa huir de los problemas; pero ahora mismo me da igual huir de los problemas. Quiero escaparme, salir de siempre la misma rutina, las mismas personas, las mismas calles y las mismas experiencias. Decidido, a Londres. Un lugar donde hace calor y llueve al mismo tiempo. Un lugar en el que el tiempo es como yo, incomprensible. Me da igual no saber ingles, aprenderé, me da igual no tener amigos, me llevare a alguien, me da igual las pegas que le pongan, a mi siempre me ha gustado ese país y ese sera mi destino, mi sueño. Siempre dicen que los sueños se pueden hacer realidad, y si solamente tengo esta vida, mi vida, lo haré. Claramente lo dice la palabra MI VIDA, no pretendo ser egoísta, nunca lo he sido y nunca lo seré, pero desde ahora también pensare un poquito mas en mi, en lo que quiero ser y como lo voy ha hacer. Terminare bachillerato aquí, y luego rumbo a Londres, iré a una universidad y me haré mi propia vida, olvidando los malos ratos del pasado, las malas amistades y los llantos sin comprensión alguna. Londres, me gusta el nombre, un lugar donde el tiempo lo dice todo, como soy y como quiero ser, INCOMPRENSIBLE, nunca he querido que alguien me comprenda y no quiero que nunca lo hagan. Solo quiero ser feliz a mi manera, y esa va a ser mi manera de ser feliz.

sábado, 2 de junio de 2012

Yo misma.

Siempre soñé con ser feliz, con encajar con todo el mundo, con vivir en un cuento de hadas. De pequeña leía cuentos de princesas, como toda niña, me los creía, pensé que algún día sería una princesa de cuento, conocida en todo el mundo. Como toda niña, tenía sueños surrealistas. Ahora ya tengo la suficiente edad de saber que estoy en un mundo de verdad, de que siempre seré esa niña tímida y pequeña que fui de cría. Siempre me pondré roja en los momentos incómodos, sonreiré en todo momento, daré la razón a aquellas personas que quieran entrar en discusión. Cantaré en silencio delante del espejo, escuchare contenta los consejos que me dan las personas. Maquillare a toda aquella persona que me deje. Escuchare con intriga cuentos de los ancianos. Reire con las personas que menos aprecio. Y siempre intentare llevarme bien con todas aquellas personas que pongan un poquito de su parte.

lunes, 21 de mayo de 2012

Hay personas...

Hay personas que entran en tu vida, y lo cambian todo. Personas por las que vale la pena parar, respirar y valorar. valorar por lo que realmente importa, los detalles, las pequeñas cosas, cosas como el agua del mar, las nubes, una mirada de esa que lo dicen todo, unos ojos como los tuyos, el modo en que me sonríes, ese abrazo infinito, mezclado de sal, los huracanes del estomago, tus manos, despertar a tu lado, esos detalles que hacen que todo tenga sentido. Incluso lo que hasta el momento de conocerte creí que no importaban. Son esas pequeñas cosas las que lo cambian todo. Las que provocan que haga las maletas y salga corriendo, sin importarme donde, siempre y cuando, el destino seas tu. Las culpables de que me hayan salido alas. Tú, de esas personas que aparecen y lo cambian todo, y hacen que ya nada importe, y que todo empiece a importar. Abro los ojos y se que estas, y me dejo llevar, sin pensar hacia donde, ni a que lugar, porque nada importa, si tu estas.

El miedo.

El miedo es como la familia, que todo el mundo tiene una. Pero aunque se parezcan, los miedos son tan personales y tan diferentes como puedan serlo todas las familias del mundo. Hay miedos tan simples como desnudarse ante un desconocido. Miedos con los que uno aprende a ir conviviendo. Hay miedos hechos de inseguridades, miedo a quedarnos atrás, miedo a no ser lo que soñamos, a no dar la talla, miedo a que nadie entienda lo que queremos ser. Hay miedos que nos van dejando la conciencia, el miedo a ser culpables de lo que les pasa a los demás, y también el miedo a lo que no queremos sentir, a lo que no queremos mirar, a lo desconocido, como el miedo a la muerte, a que alguien a quien queremos desaparezca. Y hoy he oído a un señor en la tele que decía que la felicidad es la ausencia del miedo. Y entonces me he dado cuanta de que últimamente yo ya no tengo miedo. No es malo tener miedo, lo malo es dejar que el miedo se apodere de tu vida, porque entonces ya no tendrás vida, solo miedo. Librarse del miedo es como quitarse la ropa delante de alguien, a veces cuesta, pero cuando empiezas, lo único que tienes que hacer es seguir, sin dudar. Y de repente, te das cuenta de que el miedo ya no te pertenece, a desaparecido. Como esa rpa que un día, dejas de usar.

La felicidad.

Nos empeñamos en buscar la felicidad cada día, y no nos damos cuenta de que es ella quien tiene que encontrarnos. Y eso sera donde menos te lo esperas en el instituto, en el supermercado o en mitad de una huida. Y cuando llega, descubres que ahí no acaba todo, que el final de un camino solo es el principio de otro, y lo único importante es la persona que escoges para que camine a tu lado. Y esconderte es lo que menos te importa, lo que te importa es que estas tocando con la yema de tus dedos, eso que has estado soñando toda tu vida,
ya solo importa el hoy, el presente, y lo que queda por venir.